El principito en Denver, cual principito en su asteroide cuidaba Mario de sus dos rosas. Estamos acostumbrados a que las rosas pinchen, pues bien, en esta ocasión son las rosas las que se dejan pinchar...
Pequeño asteroide lleno de sueños, deseos y vicios. Personas que han podido compartir en ese pequeño asteroide toda clase de experiencia y vicios... conocer a esas personas ha sido un gran regalo.
Como en el relato, cada habitación narraba una situación distinta, daba a conocer como las personas pueden relacionarse entre sí, digo personas porque eso es lo que hace especial a Denver... las personas que en el viven...
Eso lo que mas importancia tiene de todo, cada habiatación narraba una historia, cada persona contaba un relato y todos compartíamos un sentimiento común... nadie menor que nadie, nadie más bajo que nadie... todo el mundo a la misma altura orgulloso de su papel...
Solo puedo decir que espero volver a Denver, pero no como volvió el Principito a su asteroide sino vivito y coleando...
GRACIAS MARIO Y VALENTINA.. Y A IO...
lunes, 5 de julio de 2010
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